sábado, febrero 12

MIDI D`OSSAU, VIRAS DEL EMBARRADERE

El MIDI siempre da lugar a grandes aventuras, y esta no iba a ser menos. Esta vez la idea era explorar la cara norte en invierno y recorrerla , desde la brecha de los austriacos hasta la brecha de la fourche, las llamadas viras del Embarradere.
Como no, esta idea se le ocurrió a Miguel, amante de las Himalayadas en el pirineo, y el mejor acompañante para una embajada de este calibre.
Sabíamos que iba a ser complicado e incierto, ya que dependíamos 100% de las condiciones y disponíamos de poca información así que nos planteamos poder vivaquear en plena cara norte.
Salimos tranquilos del parking, con mucho peso y conscientes de la dureza del recorrido. Así que nos lo planteamos por miniobjetivos, hasta Pombie, hasta el col de Suzon y desde aquí hasta la Brecha de Moundelhs que da paso a la cara norte.
Desde aquí nuevo objetivo, la brecha de los Austriacos. No sabíamos muy bien cual era, la mágica orientación e intuición de Miguel nos llevó hasta ella. Por mi cuerpo corría el gusanillo, sensación que hacía tiempo no sentía. Me gusto volver a sentir esto. Superamos unas canales de nieve y pudimos divisar el siguiente paso, la brecha del Gendarme.
Para llegar a él tuvimos que hacer una serie de travesías complicadas y superar bastantes canales que poco a poco nos acercaron al corredor que da acceso a la brecha.
Este punto fue muy importante, lo considerabamos como el punto de no retorno. Las condiciones no eran las mejores, pero a pesar de todo decidimos seguir. Nos dimos cuenta que se trata de una vía de un compromiso muy alto pero la compenetración y la confianza entre los dos es perfecta!Seguimos hacia el espolón noroeste, siguiente objetivo. Para llegar a él, tuvimos que hacer una serie de travesías delicadas y expuestas.
Ya en el espolón podíamos ver el tramo final de la actividad, el corredor que da acceso al Pitón de la Fourche. Era tarde y saber que íbamos bien nos dio cierta tranquilidad. Decidimos hacer el vivac en pleno espolón y comenzamos a preparar todo para pasar la noche.
Pudimos tallar una repisa en la que entraba una esterilla. Asegurados nosotros y todo el material a un ancla y un pequeño bloque nos pusimos a hidratarnos y a maquinar como podríamos dormir. Pues de canto. Dormimos poco ó prácticamente nada, pero para mi ha sido una experiencia inolvidable, por el lugar y el ambiente del lugar.
Ya por la mañana continuamos haciendo travesías comprometidas hasta montar un rapel para acceder al corredor final.
El corredor resultó ser una actividad por sí sola. 200 metros con dos resaltes bastante técnicos, una gozada, un regalo para culminar una gran actividad. Una vez en el collado de la Fourche, y por fin al sol, dimos por concluida la actividad. Decidimos bajar por el corredor de la Fourche de vuelta al refugio de Pombie y desde aquí a casa. Una gran experiencia, una gran course!!! Pese a ser una actividad dura y de mucho compromiso hacía tiempo que no disfrutaba tanto y que no sentía el gusanillo en el estomago. Solo queda pensar en la siguiente y disfrutar de esta inolvidable actividad!!!